En los próximos años prácticamente todos los vehículos en funcionamiento incorporarán la tecnología Start-Stop, sistema que reduce el consumo de combustible y las emisiones de gases, pero que exige a la batería del coche un esfuerzo extra, junto a los dispositivos tecnológicos, cada vez más abundantes en los modelos actuales.
Esta tecnología no es nueva, y de hecho el Start-Stop está presente en la mayor parte de los vehículos que se venden.
Este sistema es especialmente útil en las grandes ciudades, donde los atascos y la propia circulación hacen que se esté deteniendo el vehículo de forma constante. Detener, apagar, arrancar y acelerar el vehículo: se trata de un gran trabajo para el automóvil, que debe hacerlo de forma constante. El sistema start-stop cuenta con unas baterías específicas que garantizan que el sistema funcione correctamente.
Si se descarga la batería de este tipo de coches, no se pueden conectar las pinzas a otro vehículo que no tenga start-stop, dado que el propio sistema para conectar las pinzas es diferente.