Mucho sabemos que a los coches les cuesta más arrancar en invierno,  ya que la batería del coche sufre con las bajas temperaturas. Lo que no se sabe tanto es que las altas temperaturas estivales también afectan a la batería.

Dos estudios diferentes, realizados en España por Maphre y el RACC coinciden en señalar que en torno a la mitad de las asistencias de la carretera se debe a fallos en el sistema eléctrico. De ellos, un 30% son problemas con la batería (descargada, defectuosa…). De acuerdo, una buena parte de ellos se producen por despistes del conductor (la más habitual es dejarse las luces encendidas) pero en el resto es debido al calor.

¿Por qué afecta el calor a la batería? La temperatura ideal de trabajo de la batería del coche  es de unos 25ºC.  Los cambios de   las temperaturas,tanto al alza cono a la baja, afectan a su rendimiento y acortan su vida útil (puede disminuir hasta un 50% con temperaturas superiores a 50 grados). Cuando la batería de tu vehículo ya tiene algunos años, durante el verano puede sufrir daños o dejar de funcionar.

Las temperaturas extremas aceleran el desgaste de los componentes de la batería ya que las moléculas de azufre de su interior se descomponen con mayor rapidez y con ello aumenta el depósito de placas sobre la batería. Esto hace más rápida  su descarga, ya que se pierde progresivamente la gravedad en los electrolitos.

Para evitar un susto, lo mejor es realizar un correcto mantenimiento de la batería, que ayuda a alargarle la vida. Debes empezar a preocuparte cuando tu batería tiene más de cuatro años. Entonces no está de más revisar su estado antes de realizar en largo viaje.